Los 10 años de gestión de Gustavo Barrera
El 1 de abril de 2014 Gustavo Barrera asumió la intendencia de Villa Gesell ante la renuncia de Jorge Rodríguez Erneta. El exintendente se fue jaqueado por las sospechas de corrupción y para seguir el proyecto de Florencio Randazzo de ser presidente
Fue el mismo Jorge Rodríguez Erneta quien decidió otorgarle el importante lugar de primer concejal a un desconocido abogado sin experiencia política llamado Gustavo Norberto Barrera en las elecciones del año 2011. No se sabe por qué razón el “oso” se decidió por Barrera como primer candidato a concejal cuando no era un hombre de su confianza. Ese año el Frente para la Victoria gano con amplitud las elecciones en el país. Barrera era un peronista reciente, sin pasado político y sin experiencia que se incorporó al Frente sin pensar ni por asomo que la vida le reservaba un lugar en la historia política de Villa Gesell.
El concejal Barrera, asumió en el mediodía de ese 1 de abril de 2014 como titular del Departamento Ejecutivo local hasta diciembre de 2015, fecha en que se completaba el mandato del intendente saliente.
Rodríguez Erneta, había sido convocado por el encumbrado ministro del Interior de entonces, Florencio Randazzo, quien dada su exitosa gestión aspiraba a la presidencia de la Nación. El 19 de marzo de ese mismo año se rumoreaba que Erneta abandonaba la intendencia. Pidió una licencia para conservar ambos cargos, pero la oposición era mayoría en ese momento, pero el rechazo de los concejales de Frente Cívico y Social y el único edil de Frente Renovador (Hernán Luna) lo obligaron a renunciar para asumir ese mismo día como subsecretario del ministerio del Interior de la Nación.
El nombramiento de Rodríguez Erneta llegó en un momento en que estaba jaqueado por las sospechas de corrupción que llovían sobre su gestión y la de su secretario de Gobierno, Osvaldo Tavarone. Ya en aquellos febriles días las obras que había prometido Erneta estaban retrasadas, las viviendas esperaban un ritmo de obra que no se insinuaba. El Centro de Convenciones (actual secretaria de Seguridad) fue considerado un error de apreciación, lo mismo que el lugar donde fue implantado. La “Gestión Erneta” era un gran descalabro financiero y un fenómeno de autoritarismo indito en la municipalidad de Villa Gesell. Rodríguez Erneta ejerció un estilo “conurbanista” de gobernar. En esos años proliferaron los llamados barrios vulnerables en la zona oeste de la ciudad que luego Barrera regularizó.
Barrera en el poder
Barrera asumió el 1 de abril de 2014 con el Concejo Deliberante en contra y con la declaración de emergencia económica decretada por Erneta porque la oposición rechazó un aumento de tasas.
Tenía otro frente de conflicto con la empresa recolectora de residuos Ecoplata que pidió 50 millones de pesos extra para poder trabajar sin sobresaltos hasta fin de año. Además, la empresa de colectivos “El último Querandí” pidió una revisión de tarifas. Ambas empresas pertenecían al mismo dueño, Gustavo Pereyra. Este fue uno de los desaciertos de Erneta, otorgarle a la misma persona dos servicios esenciales fue un error estratégico o un negocio espurio. No lo sabemos, pero no hay que olvidar que los subsidios del estado nacional a las empresas de colectivos de todo el país eran, en esos tiempos, millonarios y no se controlaban.
Muchos aseguraban que, en las elecciones del año 2015, era una derrota asegurada para Barrera “Va a terminar el mandato y se vuelve a su casa”, decían los radicales en aquellos tiempos no tan lejanos.
Barrera comenzó inseguro, pero con carácter, tomó decisiones claves. Se saco de encima los resabios del ernetismo y le dio un aire nuevo a la gestión. La salida de Osvaldo Tavarone quedará en la historia local. El secretario de gobierno era el hombre fuerte de la gestión, sus decisiones eran absolutas, pero con Erneta en el poder. Los mismo pasó con el dirigente Jorge Cocco que intentó autoproclamarse como funcionario.
“Osvaldo te tenés que ir” dicen que Barrera le dijo en su despacho. Tavarone se negó en forma displicente, adujo que era una recomendación de Erneta seguir en el cargo. A la mañana siguiente cuando llegó a su despacho tenia el decreto de cese de la función firmado por el nuevo intendente.
También salieron del gobierno los funcionarios más fieles a Erneta, como el inefable jefe de prensa, Daniel Algarín y otros tantos.
Barrera inició un gobierno con dialogo, se reunió con la oposición para pedir colaboración, que fue a medias. Se vivieron momentos de estabilidad emocional en la sociedad geselina que había logrado deshacerse de la soberbia, de las sospechas de corrupción y de aquella pesada “guardia de choque” que había armado el exintendente para sellar su gobierno. Todo ese aparato quedó desarticulado con la salida del gobierno de Erneta. Se descabezó y ese armado mostró su tremenda debilidad.
Un dirigente con proyección
Barrera ganó las elecciones de 2015 y fue un triunfo con un doble valor por la irrupción del macrismo en ese año. Mauricio Macri gano la presidencia y varias provincias, entre ellas Buenos Aires con María Eugenia Vidal, quien le gano a Aníbal Fernández.
Florencio Randazzo quedó fuera de la compulsa electoral por decisión de Cristina Kirchner, quien se decidió por la candidatura de Daniel Scioli. La derrota fue lógica para esos candidatos del peronismo.
Barrera le ganó a Jorge Martínez Salas en el 2015, a Luis Baldo en el 2019. con el 62 por ciento de los votos, y el año pasado a Clarisa Armando del Pro. Es un intendente récord hasta ahora. Este es su último mandato y es por lo visto, hasta ahora, el más difícil que le tocará atravesar.
Hoy es un dirigente con proyección provincial, ha atravesado el periodo macrista, pero el gobierno libertario es peor, cruel y más acelerado en su nefasta administración.
Barrera se ha ganado un lugar en la historia política de Villa Gesell y nadie le sacara ese lugar. Podrán superarlo en mandatos, pero Villa Gesell luce distinta por la cantidad de obras fundamentales que se implementaron en estos años de su administración. Son mas de 400 obras.
Esta es una fecha para debatir de política argentina o geselina en tal caso, no hay nada que festejar, es el momento de reflexionar cómo se enfrenta esta difícil situación para atravesar el primer invierno libertario que será distinto a los anteriores.