A la “rosca”la prudencia.
La interna de Juntos por el Cambio pone de un lado a los que solo miran el poder y por el otro a quienes ven en la política un instrumento para buscar soluciones a los conflictos de la sociedad
Mucho se está hablando, y escribiendo, en estos días, de la interna de Juntos por el Cambio, la alianza opositora que aglutina a diversos sectores políticos, más a partir de una necesidad electoral que de una coincidencia de valores basados en la historia y las doctrinas de los partidos que la constituyen, y de ambiciones que no reparan en medios a la hora de buscar ser satisfechas, (algo que además no es propiedad exclusiva de esta alianza), en un tiempo donde la política y los políticos, están más enfrascados en “la rosca” para acceder al poder que en los motivos por el cual conquistar ese poder, pensando en que la política, se entiende como una herramienta desde donde proyectar propuestas para el conjunto social que involucra a un país.
Dicho esto, es importante destacar, que hoy por hoy, esta disputa es más una lucha de poder interno y de posicionamiento de los dirigentes del Pro (el macrismo en sus distintas variantes) que de toda la coalición, donde el radicalismo, parece haber asumido una posición de mirar y “desensillar hasta que aclare”, en lugar de meterse de lleno en un debate que muchos entienden perjudica al más que centenario partido que ya asumió que sus socios lo “usaron” más allá de lo convenido, aunque todavía parecen quedar radicales que prefieren este menosprecio a trabajar por la recuperación de su partido, rico en tradiciones y doctrinas de fuertes características nacionales con mirada popular.
La premonitoria frase del ex Presidente Raúl Alfonsín cuando sentenció “La concertación que queremos hacer tiene límites, no podemos aliarnos con la derecha. La derecha es Macri, no podemos traicionar nuestros principios”, y agrega el propio Alfonsín sobre Elisa Carrió: “La doctora Carrió es enemiga de la Unión Cívica Radical. De lo peor que se pueda pedir en cuanto a enemiga, porque es hipócrita. Ella es la vieja política”.
O aquella otra postura fundacional del partido, “Que se pierdan mil gobiernos, pero que se salven los principios”, sostuvo Hipólito Yrigoyen cuando los conservadores estaban a punto de arrebatarle la presidencia, en las primeras elecciones en las que se aplicó la Ley Saenz Peña -que imponía el voto secreto y obligatorio- el 2 de abril de 1916, parecen haber comenzado a resonar en las conciencias de muchos radicales que sí lo escucharon y comprendieron, aunque no tuvieron la posibilidad de impedir el cambio de rumbo en la recordada convención de Gualeguaychú.
Villa Gesell no es la excepción en esta disputa.
Juntos por el Cambio hoy muestra en el distrito dos actitudes muy disímiles, casi confrontadas.
La nueva conducción del radicalismo, que ahora encuentra a la arquitecta Eugenia Grinspun como su nueva presidenta, ha dicho en reiteradas oportunidades, que la intención del partido es competir con una lista radical en las próximas elecciones, pero sin tirar la soga de la interna más allá de lo razonable en el actual contexto pandémico.
Sin embargo, desde los sectores Pro, a los que se deben sumar el espacio CREAR, conducido por Hernán Luna y el “Pichetismo”, fueron más lejos y a partir de la presentación de un espacio al que denominan “Juntos por Gesell” se lanzaron de lleno a la lucha interna, con la misma lógica autoritaria y soberbia del Pro nacional, reflejado en dirigentes como Patricia Bullrrich, María Eugenia Vidal, Horacio Rodriguez Larreta y el mismo Mauricio Macri, marcando los tiempos e ignorando los graves problemas que hoy significan la pandemia y los problemas de la economía, en gran medida generados en su propia administración.
A esto, el radicalismo, en la voz de su nueva presidenta, respondió con un tajante y responsable “no es el momento para hablar de internas ni de un lanzamiento de esta naturaleza”, hecho público en cuanto medio la entrevistó, al mismo tiempo que indicó que “nunca había recibido una invitación formal para una conversación de estas características” aunque si dijo que un dirigente de ese espacio, la había contactado de manera informal.
A partir de aquí, desde distintos sectores mediáticos más que políticos, ha comenzado una especie de “búsqueda del tesoro”, para determinar una verdad sobre la situación, que sola salta a la vista.
Por un lado la convocatoria de “Juntos por Gesell” nucleando a los sectores más duros, extremos, intérpretes de una valoración muy particular de la democracia y por el otro, las expresiones de la arquitecta Grinspun, a la que nadie pudo desmentir, amparada a su vez en su transparencia personal y política, con una tradición en el radicalismo (especialmente alfonsinista) a la que no parece dispuesta a renunciar y menos aún, anteponer ambiciones personales.
Grinspun incluso ha abierto una ventana al diálogo con el gobierno municipal pese a las diferencias de criterios en varios aspectos de la vida pública, pero con la mirada clara que primero están los intereses de la comunidad y luego los partidarios y más lejos aún los personales.
El tiempo, no tan lejano quizá, deje a las claras estas diferencias y muestre por encima de todo, quienes y desde todos los sectores, participan de la vida política con la idea que este es el instrumento para lograr el beneficio del pueblo y quienes lo hacen pensando en el beneficio personal.
La línea antipopular y la alianza con el más rancio neoliberalismo adoptada en la Gualeguaychú, fué ratificada cuatro anos después en Parque Norte.
Si queda algún resabio de Alfonsinismo en la UCR ,anda lento de reflejos..
La permanencia de la UCR en Jx el Cambio desmiente cualquier optimismo acerca de un retorno de la UCR al campo nacional y popular.
Luis querido, en la UCR original ya no hay “alfonsinista”, se corrieron y el Kirchnerismo / FDT acogió a muchos de ellos.