La imagen siempre joven de John Lennon a 45 años de su muerte

El 8 de diciembre de 1980 fue asesinado el Beatle John Lennon en la puerta del edificio Dakota, en New York. Fue un asesinato sin sentido, sin explicación, quizás por un fanatismo descontrolado que impulsó a Mark David Chapman de 25 años a dispararle a una leyenda de la música mundial. Uno de los hombres más amado del planeta dejó un legado que hasta hoy perdura. Tendría 85 años
Mark David Chapman nació el 10 de mayo de 1955 en Fort Worth, Texas, Estados Unidos y era un fanático de los Beatles y luego de su separación de John Lennon en particular. Era un apasionado que incorporó al ídolo en su interior, los mismos anteojos, cabellos largos y hasta su esposa era japonesa, igual que Yoko Ono. Pero dos Lennon no podrían existir.
John se había alejado de la música en 1975 cuando nació su hijo Sean Ono Lennon y dedicarle todo su tiempo a su pequeño niño. En 1980 comenzó a trabajar en un disco de regreso. Había grabado 14 canciones que estaban en edición. El mundo esperaba ese material con la garantía de que era excelente como todo lo que hizo el rockstar británico en su corta vida
En la puerta del Dakota siempre había fans que esperaban ver al celebre matrimonio que acostumbraba a caminar por el Central Park y saludar a las personas que los esperaban. Ese 8 de diciembre John salió a las 9.30 para desayunar, dos horas después volvió a Dakota para una sesión fotográfica con la legendaria fotógrafa Anne Leibovit, que retrató una de imágenes icónicas de la pareja, fue tapa de la revista Rolling Stone.
Chapman iba a pararse en la puerta del Dakota, junto con otros fans, varios testigos lo vieron sentado en la vereda con un libro en sus manos, “El Guardián entre el centeno” (The Catcher in the Rye, 1951) de J.D. Salinger, una obra maestra del suspenso. Chapman dijo, años después que el motivo del asesinato está en ese libro.

Ese 8 de diciembre de 1980 Chapman esperó que saliera el matrimonio Lennon varias horas, tenía el libro y el disco de Lennon “Doble Fantasy” en sus manos. Pasado el mediodía Lennon cruzó el portal del Dakota, saludó a los que se acercaron, el fotógrafo Paul Goresh que esperaba ahí logó tomar una foto del ídolo, otra imagen histórica, rodeada de misterio, por su proyección inmediata. Chapman le acercó el disco a Lennon para un autógrafo y Lennon lo firmó y esa copia es, hoy, una prueba fundamental incorporada a la causa judicial. En la imagen están el asesino y su víctima en una situación casi intima, muy cercana. Una fotografía que tiene un valor premonitorio, muestra lo que pasó antes de que pase. Fue tomada cinco horas antes de que Chapman asesinara al Beatle de cinco disparos.
Minutos después de las 22,50, John y Yoko llegaron al Dakota después de una jornada de trabajo en el estudio de grabación, en una limousine, John se bajó antes y caminó hacia la puerta, ingresó por la galería, dio unos pocos y escuchó, “Mr, Lennon…” no alcanzó a darse vuelta cuando cinco disparos impactaron en su cuerpo, dos en la espalda, otros dos en el hombro izquierdo y uno en la pierna, John alcanzó a subir cinco peldaños y cayó, el portero cubano, Joe “Many” Perdomo se acercó a socorrerlo y escuchó las última palabras del ídolo, “Me dispararon”. Yoko llega de inmediato y pidió auxilio. John se desmayó y comenzó su agonía hasta llegar al hospital Rousevelt. Murió a las 23, 15. En ese instante comenzó el mito, la leyenda, la veneración de millones de fans que lo lloraron y lamentaron su muerte.
John murió a los 40 años, una vida corta con un legado eterno, canciones fundamentales para dos generaciones. Nació el 9 de octubre de 1940, murrio el 8 de diciembre de 1980, 40 años exactos, era muy joven, un hombre hermoso, inteligente, comprometido con su era y con su ideología, era un pacifista y un cantante con un estilo único. Su imagen no envejecerá nunca, siempre será joven, no como les pasa a Paul y Ringo (84 y 85 años). Y andan de gira por el mundo. George Harrison murió de cáncer de garganta en noviembre de 2001, después de sufrir un atentado en su casa y fue herido. Hay muy pocos registros públicos de su deteriorada imagen. Murió rodeado de su familia y amigos.
John conservará esa imagen de hippie continuo por siempre y vivirá en la memoria y el corazón de los que compartimos con él los maravillosos años sesenta y setenta, cuando los Beatles nos cambiaron la cabeza para siempre con su maravillosa música.















