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A 40 años del día en que recuperamos la verdadera libertad  

El 30 de octubre de 1983 la Argentina recuperaba la democracia. La dictadura cívico militar con apoyo de un sector de la Iglesia Argentina, dejó 30.000 desaparecidos, mas 500 hijos de esos desaparecidos con destino desconocido. Raúl Ricardo Alfonsín fue elegido presidente y abrió el camino de una vapuleada democracia que llegó hasta nuestros días. Hoy se cumplen 40 años

Es una de esas fechas que te hacer palpitar. Para los que sobrevivimos, nacidos en la década del cincuenta, no podemos olvidar. En 1983 tenía 28 años y me consideraba un verdadero sobreviviente porque supe escapar a tiempo, saltar desde ventanas traseras para salir antes de que lleguen o doblar en una esquina antes del operativo o mentir destino y procedencia en los interrogatorios. Eran tácticas de militancia que salieron bien y me salvaron la vida. La que no pude evitar fue una en 1977 cuando fui a parar tabicado y semidesnudo a un campo de detenidos – desparecidos, llamado el “Banco”, en Camino de Cintura y Autopista Ricchieri.   

Fui criado por tres mujeres fuertes, mi abuela Luisa, mi madre Elena y mi tía solterona Alicia que ya no están, pero siguen en mi memoria y espero verlas cuando llegue el momento. Ellas soportaron todo ese proceso cuidándonos a mi hermano Roberto y a mí. Por eso estamos.

Después de junio de 1982, con la derrota de Malvinas, se había formado al Multipartidaria, que era una organización integrada por el justicialismo, el radicalismo, el partido Intransigente, la democracia cristiana y el desarrollismo que había negociado la apertura democrática ante el fracaso de los militares. El 28 de febrero de 1983 el general Reynaldo Bignone, que había sucedido a Leopoldo Fortunato Galtieri, anuncio las elecciones para el 30 de octubre de ese año. Poco tiempo después se autorizó la afiliación a los partidos políticos. La adhesión fue masiva y se respiraba un aire de verdadera libertad que avanzaba por las calles y en la alegría de un pueblo que podía elegir sus autoridades. El último proceso electoral se había dado en 1973, esa había sido mi primera votación, tenía 18.

La Apertura democrática

Llegue a 1983 entero, enamorado de mi compañera de lucha y con dos niños pequeños. Una bellísima niña y un apuesto varón. Vivíamos en el barrio de Caballito, ambos trabajábamos en el centro porteño y yo había vuelto a militar en la izquierda con la apertura democrática que propuso la dictadura.  

Para ubicarse en aquel 1983 hay que considerar que la economía presentaba tasas de interés impuestas por la Circular 1050 del Banco Central, el nuevo presidente de la institución, Domingo Cavallo, rescindió la política en julio, iniciándose un movimiento hacia la liberalización económica, que fue complementado por Bignone restaurando un derecho limitado de reunión y libertad de expresión. Esto se realizó como consecuencia de la presión popular de los partidos políticos. Los salarios estaban congelados desde hacía seis años y las políticas contrarias a la industria y medidas restrictivas como la Circular 1050 habían dejado el PIB per cápita en su nivel más bajo desde 1968 y los salarios reales en torno al 40%. La inflación anual rodaba el 400 por ciento. Caótico como ahora y con un nombre que volvió a sonar.  

Vivimos la campaña de 1983 con intensidad, con debates callejeros, con grieta, con enfrentamientos, pero con la esperanza de saber que la dictadura estaba en retirada, los grupos de tareas se desarticulaban de a poco, pero había que cuidarse mucho.

Alfonsín hizo una campaña muy inteligente, era un gran orador, había sido abogado de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos durante la dictadura. Dicen que lo vieron golpeando la puerta de los cuarteles de Campo de Mayo o cualquier otro destacamento militar para pedir por un detenido o presentar un Habeas Corpus. Un hombre valiente e integro.

Ganó Alfonsín

El sistema de votación lo había impuesto la dictadura. La norma fue establecida en el texto constitucional entonces vigente (Reforma constitucional 1957) y la Ley N.º 22 847 de 1983, sancionada por el dictador Reynaldo Bignone «en uso de las atribuciones conferidas el Estatuto para el Proceso de Reorganización Nacional».​ No se utilizaron las normas electorales de rango constitucional que habían sido aplicadas en las elecciones de marzo de 1973 y septiembre de 1973, establecidas en el Estatuto Fundamental Temporario de 1972 (voto directo y balotaje), debido a que el mismo había caducado en 1981.

Las principales medidas electorales eran: se votaba en una sola vuelta, sufragio indirecto y Colegios electorales por cada provincia, Capital Federal y Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Esto debieron elegir presidente mediante un colegio electoral propio. El mandato presidencia era de seis años.

El 30 de octubre de 1983 el padrón era de 18 millones de habitantes y se votó en 24 distritos, se eligieron más de 600 electores que eligieron al presidente y al vice. Se cubrieron 14.512 cargos entre los cuales había 254 diputados y 46 senadores, autoridades provinciales y municipales.

Alfonsín se caracterizó por su campaña retratada por una RA grande, enmarcada en un ovalo y su imagen con las manos entrelazadas y un discurso contundente, muy emotivo y frases categóricas como:

 “Con la democracia se come, con la democracia se educa, con la democracia se cura, no necesitamos nada mas que nos dejen de mandonear, que nos dejen de manejar la patria financiera, que nos dejen de manejar minorías agresivas, totalitarias, inescrupulosas que por falta de votos buscan las botas para manejar al pueblo argentino”.

Los dos partidos generaron movilización es fabulosas. Ambos llenaron la Av. 9 de Julio y Corrientes con casi 1.500.000 por cada acto. El 28 de octubre lo hizo el peronismo con Ítalo Luder y su vice Deolindo Bittel. Casi al finalizar el acto el candidato a gobernador Bonaerense, Herminio Iglesias, decidió quemar un ataúd pintado de rojo y blanco con la inscripción UCR. Fue un acto violento, inapropiado que mereció un rechazo generalizado. Muchos afirman que esa acción motivo la derrota del peronismo, mientras otros lo niegan y cargan las tintas en el Dr. Ítalo Luder y sus aspecto burgués y poco peronista           

El triunfo

Alfonsín ganó con el 51,75 por ciento de los votos (7.724.559) y obtuvo 317 electores.

Ítalo Luder obtuvo el 40,16 por ciento (5.995.402) con 254 electores.

Oscar Alende del Partido Intransigente 2.33 por ciento (347.654) 2 electores

Rogelio Frigerio 1.19 por ciento (177.426) 2 electores.

Francisco Manrique sin electores y apenas 100.000 votos

Conclusiones

Pasaron 40 años, en mi caso me falta un año para llegar a las siete décadas, he vivido la democracia desde que la recuperamos y estoy consciente que es un sistema genuino para la convivencia de esta sociedad. En este día y los siguientes habría que procesar todas las imágenes que nos llegan desde los medios para saber dónde estamos parados y qué nos juagamos el 19 de noviembre. Quizás comprendamos que, si la perdemos, el costo para recuperarla será largo y tedioso. No es el mejor sistema, tiene errores y es fácilmente manipulable por políticos inescrupulosos que nos mienten en la cara o desmienten verdades históricas. Quizás esta fecha nos enseñe a respetar la lucha de muchos y las enseñanzas de otros que no están y dejaron sus palabras. Estamos en un momento crucial y no debemos equivocarnos para seguir ideas mesiánicas tiradas al aire por un arlequín descontrolado en el que no se puede confiar que cumpla o respete la democracia cuando tenga el poder.

                                                  

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