Comenzó la era Milei en la Argentina
Durante todo este domingo 10 de diciembre los argentinos estuvieron pendientes de acto de asunción de Javier Milei a la presidencia del país. El flamante presidente cambió el protocolo para darle su propio estilo, lo más importante fue el discurso en la escalinata del congreso de espaldas a la Asamblea Legislativa integrada por diputados y senadores
Finalmente llegó el día que esperaban muchos y otros no tanto, porque era el día en que este país va a cambiar 540 grados para convertirse en el reino de liberalismo ortodoxo en Sudamérica para abandonar por, los próximos cuatro años, el criterio colectivo por el individualismo. Y todo este cambio de era se realizó con el beneplácito y los aplausos de miles de personas que se acercaron al edificio del Congreso Nacional para para escuchar al nuevo presidente.
El protocolo de la asunción presidencial se conoce desde hace 40 años y es el clásico acto de la Asamblea Legislativa, donde diputados y senadores reciben al nuevo presidente y escuchan su plan de gobierno, pero en este caso en particular se cambiaron algunas de esas prácticas.
Con un traje de chaqueta y pantalón color rojo, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner abrió la Asamblea Legislativa, la última que presidirá durante su mandato, a las 11.15 y ordenó el izamiento de la bandera nacional y la entonación del himno. Estaba acompañada por el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, quien izó la bandera.
Después de haber entrado al Congreso haciendo el gesto de “fuck you” a un transeúnte que le gritó algo agresivo (insulto) desde la calle, Cristina Fernández no dejó de mostrarse de buen humor, muy jovial y tampoco mostro gesto alguno ni siquiera cuando le gritaron «a la cárcel, fuera, fuera», en uno de los tramos de la ceremonia. Cristina en ejercicio en sus últimas horas de mandato como presidenta de la Cámara de Senadores estuvo muy activa y mandona, fiel a su carácter que ya conocemos todos. Abrió la Asamblea Legislativa, explicó el protocolo, solicitó un cuarto intermedio para recibir a Milei y a la vicepresidenta Villarruel en la puerta interna del congreso.
En el camino recibió con un beso al presidente Alberto Fernández en el pasillo de entrada y le indico por donde debe ir.
Saludo a ambos mandatarios con un apretón de manos y luego comenzó con las indicaciones como si fuera una excelente anfitriona. Acompañó al presidente y su vice en un breve recorrido hasta llegar al recinto.
Luego les presento a los integrantes de las comisiones de recibimiento externa (recibe a Milei fuera del congreso) e interna (lo recibe dentro del edificio) y los acompaño hasta el estrado donde Juraron ambos mandatarios. El juramento también fue distinto. Cristina le alcanzó la formula del juramento y cada uno la leyó con la mano izquierda sobre la Constitución Nacional.
Cristina llegó a bromear con Milei sobre la empuñadura del bastón de mando, que fue tallado especialmente con las imágenes de sus cinco perros: Conan, Murray, Milton, Robert y Lucas.
Luego ingreso Alberto Fernández para entregar el bastón de mando y colocar la banda presidencial a Milei para investirlo como presidente de la Nación. En ese instante se consumó un hecho digno de este díscolo país. Un personaje salido de los medios y las redes medio roquero, cantante y humorista se consagro presidente de los argentinos porque lo votaron 14 millones de personas en un ballotage.
Con la banda presidencial y el bastón en sus manos se retiró hacia las escalinatas del congreso para dirigirse a sus seguidores que escucharon el ajuste que se viene, la desregulación de todos los precios, los combustibles y los servicios públicos y aplaudieron a rabiar y estaban felices.
Seguramente cuando llegue la primera factura de luz, gas, cuando cargue combustible o viaje en colectivo y se encuentre con un cuadro tarifario sin subsidio va a recordar otros tiempos pasados que no volverán.