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Crónica de una traición inesperada, pero siempre posible   

El oficialismo libertario logró los votos necesarios para sostener el veto de Milei a la Ley de Movilidad Jubilatoria. Cinco diputados radicales cambiaron su voto. Todo el proceso tiene el sello de la casta Milieinista

Después de esta jornada va a quedar claro que con este gobierno no se negocia, que la insensibilidad social ha colonizado a todos sus integrantes. Por lo que hay que dejar de pedir o arrodillarse, para eso están los radicales, de aquí en más hay que luchar y ganar.

Este miércoles el gobierno libertario demostró que no le importa el pueblo, que seguirá adelante con su sistemática política de hambrear a su gente, incluso a los que lo votaron, para privilegiar a los sectores más poderosos del país.

Este proyecto impulsado por el Bloque de la UCR en Diputados fue apoyado por el peronismo, la izquierda y algunos partidos provinciales, en junio pasado y tuvo el mismo tratamiento en Senadores, el pasado 22 de agosto. La Ley se basa en complementar el incremento de abril en un 8,1% -complementario al 12,5% de abril- para empatar la inflación de 20,6% de enero, mes en que el gobierno dejó afuera para la actualización de su fórmula. Es decir, un incremento de todos los haberes del 7,2% desde abril. Además, establecía que el haber mínimo no podrá estar por debajo del valor de la canasta básica total (CBT) de un adulto equivalente multiplicada por 1,09. Tomando julio, la jubilación mínima debería quedar en $317.704,19, cuando ese mes fue de $285.581, con el bono de $70.000 incluido, entre otros beneficios.

Milei al enterarse puso el, grito el cielo y comenzó a gritar, insultar, putear, y calificar de “degenerados fiscales” a los diputados y senadores. En cada micrófono que encontraba en el camino, se dedicó a vociferar, como nos tiene acostumbrados. No importa el ámbito ni las personas que escuchen, el hombre daba rienda suelta al “león” escondido en su interior. Milei confronta con el espejo o con su propia sombra.

Por aquellos días prometió que vetaría todo lo que amenazara el superávit fiscal, “me importa un carajo todo lo que hagan, les voy a vetar todo”.

Y vetó nomas

El viernes 31 de agosto Milei vetó en su totalidad el proyecto y siguió con los insultos a cualquiera que se le cruzara. Como había sido votado por una amplia mayoría, muchos creyeron y confiaron que el congreso podía repetir la votación, llegar a los 2/3 del cuerpo de diputados y ratificar el proyecto y rechazar el veto libertario.

Durante todo este proceso los jubilados se reunieron frente al congreso para mantener vigente el reclamo. En tres miércoles continuos, 21 y 28 de agosto y el 4 de septiembre, las fuerzas de seguridad de Patricia Bullrich reprimieron a los jubilados. Con ferocidad y palos y gas pimienta, los agentes golpearon y gasearon a los que podrían ser sus padres o abuelos, sin razón en muchos casos. Pero Bullrich acumula excesos, desatinos y declaraciones delirantes sin revisar lo que dice ni lo que hace. Es impune, brutal se jacta de sus acciones.

Pero en esta crónica faltaban los radicales, siempre dispuestos a dar la nota diferente con sus traiciones a sus propios correligionarios y a sus principios.

Milei aprendió rápidamente a conocerlos y a manipular sus debilidades pecuniarias. Con decisión salió a comprar voluntades con ayuda de sus plebeyos. Primero fue el diputado radical Pedro Galimberti, quien renunció a su banca para dejársela al Pro. El gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio intercedió para que el sujeto desembarque, esta semana, en la comisión que administra la represa Salto Grande, ubicada en su provincia natal, Entre Ríos. Y percibirá un sueldo en dólares.

Luego los legisladores radicales Martín Arjol, Luis Picat, Mariano Campero, Mario Pablo Cervi y José Federico Tournier se reunieron y se sacaron una vergonzosa fotografía con Milei en la Casa Rosada para confirmar su respaldo al veto presidencial. Una traición patética, indigna y que Milei deberá pagar con cargos, moneda o con algunas menudencias.

La sesión de este miércoles fue extensa y fue precedida de un operativo impresionante con el “ilegal protocolo antipiquetes” creado por Bullrich. En el recinto todos apuntaron a los que se dieron vueltas, eran muy visibles y se enfrentaron al bochorno. Son casta desde este martes cuando se agacharon ante el virrey rabioso.   

El resultado fue de 153 votos en contra del veto, 87 a favor y 8 abstenciones. Fin de la historia.               

Después de la sesión y una vez conocido el resultado comenzó la represión callejera con un operativo con 2000 efectivos de la Policía Federal, Gendarmeria Nacional, Prefectura y agentes de civil, la represión fue, otra vez, determinante. Palos, gases y voto favorable al veto. Otra vez perdieron los jubilados.  

El mensaje de Milei indigna más, es una burla cruel a un sector que él mismo se encarga de castigar con el ajuste brutal del que se jacta.  

               

La inversion de Milei

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