El silencio que se pudo ver

Fue en el momento en que el mensaje de Cristina se escuchó en el acto. Sus palabras fueron acompañadas en silencio por la multitud que estaba en Plaza de Mayo
Fue otro de esos momentos épicos, ya son varios, que protagonizó Cristina en los últimos días. Esta tarde se vivió un éxtasis cuando la multitudinaria movilización, que se concentró en la Plaza de Mayo para apoyarla en este difícil trance judicial, la escuchó en silencio.
En determinado momento se escuchó el audio grabado de Cristina que alentó a todos a escuchar y generar un silencio increíble dada la masa de personas que se habían movilizado. Los que escucharon eran los que estaban en los alrededores de la plaza. Los más alejados apelaron a los celulares y radios.
Cuando la inconfundible voz de Cristina comenzó a escucharse, la gente se calló, hizo silencio para escuchar el mensaje. Una suerte de “soponcio” voluntario atacó a la gente que cerraba sus ojos para escuchar esa voz alma, muy clara y repleta de contenido político del mensaje de Cristina. Un momento mágico que sólo esta mujer puede generar, con su voz.
“Hola, ¿qué tal? ¿Cómo están, queridos compatriotas, en esa maravillosa e histórica Plaza de Mayo? Bueno, yo acá, en San José 1111, firme y tranquila. Eso sí, con prohibición de salir al balcón. Dios mío, qué cachivaches que son”, dijo entre risas.
“Los he escuchado cantar consignas, la marcha, el himno. Pero lo que más me gustó fue escucharlos gritar otra vez “vamos a volver”, que seguramente será la consigna de una campaña a todo o nada.
Hace dos semanas comenzaron los rumores sobre la posible ratificación de la condena en la causa denominada “Vialidad”. Primero fue la ratificación de la Sala IV de la Cámara de Casación, integrada por los jueces Mariano Borinsky, Diego Barroetaveña y Gustavo Hornos, este último votó en minoría por ampliar la condena por otros seis años al sumarle el cargo de Asociación Ilícita. La condena quedó en 6 años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por el delito de administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública que le había dictado el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 2 en diciembre de 2022. La Cámara de Casación la
Generalmente los expedientes que van a la Corte Suprema “duermen” años antes de que los cortesanos los abran para revisarlos, pero en este caso, en particular, la celeridad fue un atributo de los magistrados que ratificaron la condena sin revisar el expediente. En los días previos hubo una operación de Clarín que le puso fecha al fallo de la corte: martes 10 de junio.
Desde esa fecha la Argentina ingresó en un proceso histórico que quedará en los libros como la prescripción de la principal líder del peronismo en un año electoral. Con gran inteligencia, Cristina se proclamó candidata a legisladora bonaerense en las elecciones del 7 de septiembre. Con esa acción los cortesanos quedaron como los responsables históricos de la proscripción de Cristina.
En estas dos semanas Cristina ocupa la centralidad de la escena política de la Argentina y de varios países del mundo.
Su reclusión en su casa en Humberto Primo y San José, en el Barrio de San Cristóbal convirtió a ese lugar en un sitio de peregrinación política, todos los días, incluso con personas que acampan toda la noche. Es para cuidar el sueño a Cristina y para protegerla ante cualquier abuso de la ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich.
Este miércoles pasó a ser un día muy especial. Era el día que debía presentarse en los tribunales de Comodoro Py para oficializar su condena. Se había preparado una “formidable” movilización de militantes, se estimaba que se movilizarían 1 millón de personas para acompañar a Cristina a los tribunales y volver a su casa.
Todo cambio cuando funcionarios judiciales y policías se presentaron en su casa para notificarla, oficialmente de su arresto domiciliario por seis años y la colocación de una tobillera, un elemento absolutamente innecesario. La marcha entonces cambio su destino y se concentró en la Plaza de Mayo. Y fue multitudinaria, masiva, con la absoluta tranquilidad, sin desmanes ni los infiltrados de Bullrich, que no se animó a implementarlos ante la masividad de la concentración.
La multitud se agolpó en la plaza, no hubo oradores, ni escenario, nada salvo la voz de Cristina y el silencio que se pudo ver.
gracias Infobae.