Pensamientos en el intermedio del segundo debate
Pasaron 72 horas del debate presidencial y quedó claro que Mirian Bregman tuvo un discurso claro, con ideas marxistas y hasta cierto rasgo de humor. Le siguió Javier Milei, que se autoproclamó ganador del debate, pocas horas después y Sergio Massa, con quien buscó polarizar, le siguió muy cerca.
Por su parte Patricia Bullrich quedo atrás muy desdibujada, imprecisa y conteniendo, apenas, sus ideas de reprimir la protesta social y Juan Schiaretti, no pudo despegarse de su rol de gobernador de Córdoba.
El primer debate presidencial sembrara expectativas acerca de los cambios que implementarán los candidatos en el segundo encuentro que tendrá lugar el próximo domingo 8 de octubre.
Mirian Bregman del FIT despuntó con su excelente elocuencia para transmitir el mensaje de la izquierda argentina, hasta se dio el gusto de confrontar con Patricia Bullrich, llevar a la candidata de Juntos por el cambio hasta un incómodo furcio que expuso su vocación por las fuerzas de seguridad, su desprecio por los pueblos originarios y la represión sin límites de toda protesta social.
“Defendemos incondicionalmente el derecho a la protesta, aunque a las Bullrich Luro Pueyrredón les moleste tanto que el pueblo trabajador salga a la calle, no nos vamos a callar…” confrontó Bregman con la líder macrista. Esta respondió con imprecisiones e hizo una arenga en defensa de los gendarmes que reprimieron a los pueblos originarios en la Patagonia y en Jujuy de Gerardo Morales.
Patricia no mostró nada novedoso, es vulnerable en el discurso porque apunta a la mano dura y al orden, son conceptos que en la práctica se sostienen con represión.
En el primer bloque de economía tuvo que lamentar que no pudo pasarle la palabra a Carlos Melconian, lo nombró dos veces seguidas porque sus titubeos se hicieron notorios y mostraron inconsistencias.
Por su parte, Bregman enamoró con su discurso y su forma de expresar sus ideas al que le sumó una buena dosis de humor, “Javier Milei no es un León, es un gatito mimoso del poder económico”, le dijo al libertario en la cara, mientras este se sonrojaba. Pero la izquierda de Bregman no cosecha votos, atrae y sus discursos son una reserva de principios y de lucha, pero el pueblo no acompaña y a la hora de sumar alcanza el 5 por ciento del electorado argentino.
Javier Milei y Sergio Massa intentaron polarizar porque ambos saben que se potencian y pueden ser rivales en un eventual ballotage que confrontará dos modelos bien contrapuestos para la Argentina. En ese duelo no entra Patricia Bullrich porque sus ideas las expresa Milei, llevándolas al extremo y parece que esto seduce más que la arenga de Bullrich.
Milei quiere ganarle a Sergio Massa, pretende destruir al kichnerismo porque es el verdadero rival, el enemigo, Milei lo eligió para confrontar y se la juega a fondo, a ganar o morir. Muchos esperaban algún estallido del libertario, pero esta vez se contuvo, pero apeló a los gestos, sonrisas pedantes, seguridad de ser el mejor, sobrador en sus conceptos hacia sus competidores. Si gana las elecciones será muy difícil desalojarlo del poder en las próximas elecciones. Milei puede convertirse en un líder mesiánico con un mandato divino, métodos autoritarios y antidemocráticos. Es riesgoso. Votarlo asegura un futuro incierto.
Juan Schiaretti es Córdoba y le cuesta salir de la provincia. Parece que fue el fundador de la “Republica Mediterránea de Córdoba”. Es una referencia en materia económica, impositiva y social. Pero la Argentina no es Córdoba, es más grande y conflictiva. No obstante, la idea de mantener el Banco Central autárquico, lejos del estado y en manos de la oposición, es novedosa y atractiva en este contexto. No dio todo y deberá buscar su tech el próximo domingo.
Los argentinos observaron las alternativas que le ofrece la política argentina. Massa intentó diferenciarse que este no es su gobierno, es el ministro de economía, esa fue, quizás, la oración que aclaró levemente el panorama, pero para esta oposición es el responsable de todos los males. Un lugar difícil de evadir, pero Massa sigue representa una porción amplia del electorado peronista sin ser un kirchnerista de cuna, pero puede encabezar el post- kirchnerismo hacia una ideología más evolucionada.
La deuda con el FMI la dejo Mauricio Macri y aunque Bullrich la niegue hay una realidad histórica que los archivos recientes muestran casi sin buscarlos. Negarlo es ingenuo y contraproducente.
Bullrich va a reprimir la protesta social, habrá sangre en las calles de CABA, ella lo anuncia con su celebre slogan “Conmigo esto no pasa”.
Su terminología es drástica: “Vamos a arrasar al kirchnerismo, para que no vuelva nunca más”. Abrazo a los gendarmes que “cumplieron con su deber” ¿qué esconde detrás de estos enunciados?
Milei es una amenaza. Imaginen a este hombre en la presidencia, ahora imaginen que sus ideas no dan el resultado esperado. Cientos de miles de despidos, producto del cierre de ocho ministerios y las privatizaciones de empresas del estado, salen a la calle a reclamar ¿Qué hará Milei? Usted amigo lector encuentre las respuestas y no se olvide de lo que mostro y usted vio, Milei en las redes y en la TV en estos meses.
Mirian Bregman es reconocida por sus ideas que pocos votan. Quizás, la izquierda argentina debería modernizar sus métodos y sus conceptos, sumar pragmatismo, porque sus principios son incorruptibles y aseguran transparencia.
Con Juan Schiaretti lo mejor es que todos los argentinos aprendamos la tonada cordobesa para vivir en paz y armonía, como en las sierras.
debate de economia editado
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