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1° de mayo: Día del Trabajador en la Argentina

Es una fecha emblemática para todos los habitantes y cada uno lo vive de acuerdo a sus creencias sociales. Si bien muchos lo relacionan con el asado hecho a la “baquita”, para otros es una jornada para tomar conciencia de su significado

Cuando la fecha se presenta con un día soleado, con temperatura agradable, es común que los argentinos improvisen una “juntada” alrededor de una parrilla, hagan una “baquita” solidaria y compren el asado y demás para pasarla bien y hablar de política, de futbol o de cosas de la vida. Es un feriado que cae en cualquier día de la semana para cortarla y permitir la reunión para pasar un buen rato.   

En otros casos, los menos, hay, también una reunión, pero en un local, toman mate y planifican una movilización o un reclamo en las calles. Son los más comprometidos. Y hay mucho para reclamar en estos tiempos libertarios.

 Y finalmente, están los militantes, fundamentalmente, la izquierda, que hace un acto en los locales partidarios o en una plaza, o en cualquier lugar para expresar un repudio a la política del gobierno y llamar a la movilización.

Pero la fecha histórica tiene antecedentes trágicos, corrió mucha sangre cuando de trabajo se trata porque fue y es una lucha desigual contra los poderosos que tienen su brazo armado, las fuerzas represivas legales, la del estado y en algunos otros casos ilegales para frenar el reclamo y contener a las masas movilizadas.

Y es una lucha muy antigua y siempre vigente.

Corrían los últimos días de abril del año 1886, cuando los trabajadores comenzaron su potestas en la ciudad norteamericana de Chicago. Reclamaron trabajar 8 horas, mejoras en su condición laboral, que eran infrahumanas, “Ocho horas para el trabajo, ocho para el sueño y ocho para la casa” fue la consigna que partió de una agrupación de trabajadores llamada “Noble Order of the Knights of Labor” (La Noble Orden de los Caballeros del Trabajo).

La negativa de los dueños de la fábrica MacCormik determinó una huelga masiva de más de 5000 personas el 1° de mayo de 1886. Los trabajadores se reunieron en la puerta del edificio para hacer visible su reclamo.

“Ante la denuncia del dueño, la policía se presentó y reprimió a los presentes. La represión, siempre es igual con el paso de los años, provoca decenas de muertos y heridos. Los obreros volvieron a reunirse el 2 y 3 de mayo para exigir por sus derechos, días en los que se repitió el mismo nivel de violencia”.

El 4 de mayo el conflicto escaló con la llamada “Revuelta de Haymarket”, una plaza pública donde se desarrolló el sangriento conflicto. que provocó varias muertes y detenciones, cinco trabajadores fueron ejecutados y recordados como los “Mártires de Chicago”.

En 1919 la Organización Internacional del Trabajo (OIT). en su primera conferencia mundial, estableció de manera obligatoria el cumplimiento de jornadas máximas de ocho horas diarias y 48 horas semanales.

En nuestro país, el Día del Trabajador se celebró por primera vez en 1890. El 28 de abril de 1930, el presidente Hipólito Yrigoyen declaró de manera formal este día como la “Fiesta del Trabajo”. Fue el mismo presidente que en la segunda semana de enero de 1919 ordenó la represión y masacre de cientos de personas en Buenos Aires. Se conoció como la Semana Trágica. Un hito que se recuerda en el día de los trabajadores. Un verdadero linchamiento de la clase obrera ejercida por un gobierno radical que después impuso la Fiesta del Trabajo.

No debemos olvidar los fusilamientos de alrededor de mil a mil quinientos huelguistas en la Patagonia Trágica de 1921, también bajo el gobierno de Yrigoyen.

Una paradoja histórica que retrata la ideología radical, tan polémica como contradictoria.  

“Durante el peronismo este día se convirtió en un día de celebración y reconocimiento de las conquistas laborales logradas bajo el gobierno de Juan Domingo Perón. Se celebraba con grandes manifestaciones y actos, donde los trabajadores se congregaban para escuchar discursos del presidente y celebrar las mejoras en sus condiciones laborales”

El Peronismo transformó el 1º de mayo de un día de protesta y reivindicación clasista a una jornada de celebración con festividades organizadas por sindicatos y organismos oficiales.

Durante la dictadura militar, fue ministro de Trabajo, el Gral. Horacio Tomas Liendo, se lo recuerda porque en cada 1° de mayo entre 1976- 1979, aprovechaba para hacer algún anuncio para suspender o quitar algún derecho laboral.         

Por varias razones este es un día de reflexión y de ejercicio de la memoria para recordar el trabajo como organizador de la vida, a los trabajadores como esenciales para organizar una Nación, una patria. No sólo los empresarios son importantes, se necesita de la mano de obra, del musculo y el talento para llevar adelante una tarea.

Argentina cosechó una historia de tragedias con relación al trabajo. La represión, tan presente en estos días, fue el instrumento para desarmar los reclamos por mejores condiciones de trabajo. La historia no termina, en América Latina tenemos el ejercicio de comenzar de nuevo todo el tempo, hasta que llega un gobierno, por elección popular, que retrasa lo obtenido y hay que volver a comenzar. Esa es la historia de la humanidad.                 

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