24 de marzo: la noche más larga de la historia argentina, continua…

Este es un recordatorio distinto a todos los que pasaron del Golpe de 1976. Es el 49ª aniversario y nos encontramos con una Argentina empobrecida, dominada por la violencia del estado libertario contra su propia gente. Muy similar a aquellos años de sangre y plomo.
La contradicción más flagrante es que en los años 70 Patricia Bullrich era una combatiente montonera que se enfrentaba al estado represor y militarizado instalado por un gobierno de facto. Hoy es ella el estado represor que manda a las fuerzas de seguridad a cazar jóvenes en las calles porteñas y gasear jubilados.
Los operativos represivos de los miércoles contra los jubilados es el éxtasis de Bullrich, disfruta y se jacta del accionar de los agentes que golpean ancianos y “gastan” gas pimienta sin control. Manda a sus agentes encubiertos a provocar desmanes, incendiar patrulleros abandonados deliberadamente para justificar lo que viene después con el despliegue de las columnas con palos, escudos, gases prohibidos, balas de goma disparadas al rostro de los manifestantes. Todo esto nos hace pensar que el tiempo pasó inútilmente, porque continúan los reclamos y la lucha es desigual contra los descendientes de aquellos que apoyaron a los militares asesinos y torturadores.
Eso sí, los métodos no cambiaron, más bien se perfeccionaron. Las armas las tiene el estado y son más letales, los camiones hidrantes son más grandes y modernos. Bullrich gasta un presupuesto enorme, dentro del ajuste implacable, para armar a su ejército represivo para implementar el “Protocolo Antipiquete”.
El gobierno de Javier Milei fue elegido por el voto del pueblo en democracia, pero sus acciones distan mucho de ser democráticas. Hambrea al pueblo bajo la cruz del superávit fiscal. Pero para llevar adelante este siniestro plan, al que denomina el “ajuste más grande de la historia”, es necesario reprimir en las calles. Y para esos está Patricia Bullrich.
Igual que en 1976 Milei se apoya en algunos medios masivos de comunicación, los más poderosos y en periodistas que cumplen las mismas funciones que desarrollaron sus antecesores en los años de plomo. Trabajan para régimen, cobran suculentas pautas para realizar operaciones mediáticas que degradan el verdadero objetivo de la profesión. Engañan y manipulan la información.
En 1976 la Junta Militar derrocó el gobierno constitucional de Isabel Perón cuando le faltaban pocos meses para finalizar su mandato, cerró el Congreso Nacional, prohibió la actividad sindical, encarceló a los opositores, secuestró, mató indiscriminadamente y robo criaturas.
Javier Milei, que tenía seis años en 1976 y era un alumno mediocre y sufría bullyng en el colegio Cardenal Copello de Villa Devoto, perteneciente a la Congregación Cristiana de los Hermanos Menesianos, es un admirador de aquella política y del exministro de Economía, José Alfredo Martínez de Hoz. No la vivió, ni la sufrió, le pasó por el costado y no se dio cuenta de las consecuencias de aquella aventura militar.
Llegó a la presidencia del país en 2023, porque era lo nuevo, un desconocido que atrapó las voluntades antiperonistas de esta sociedad pacata y gorila. Que haya sido Sergio Massa su rival en el ballotage de noviembre de 2023, fue una ayuda para un triunfo esperanzador para la derecha argentina.
Y la derecha se unió.
Milei no tiene mayorías en el Congreso, sin embargo, logró, apoyado por la desidia del anti- peronismo y el anti – progresismo, de los radicales que siempre están y del Pro de Macri, imponer una serie de medidas que le otorgan poderes absolutos. La ley Bases le otorga esos poderes. Hoy gobierna por decreto, se anima a imponer designaciones en la Suprema Corte que son claramente inconstitucionales y puede tomar deuda con el FMI sin explicar ni el monto ni las razones ni las condiciones del préstamo. Exaltó el superávit primario y para eso cortó subsidios, congeló jubilaciones, suspendió servicios esenciales, despidió cientos de miles de empleados públicos, no giro un peso a las provincias y así y todo pide un préstamo al FMI, con el mismo ministro (Luis “toto” Caputo) que se fugó u/s 45.000 millones con el gobierno de Mauricio Macri.
Logra esto con la anuencia de esos bloques opositores del poder legislativo que miran para otro lado mientras otros venden su voto a cambio de dinero negro. La fauna legislativa en todo su esplendor.
Este 24 de marzo la sociedad argentina, por lo menos una parte, marchará para recordar aquella fecha nefasta, el comienzo de la noche más larga de la historia de este país, pero para los que mantienen los principios de Memoria, Verdad y Justicia, la noche continua y no hay ninguna luz al final del camino.
1976




2025





