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Alejandro Baldini II: “Bonavita no tenía matricula”  

En esta segunda parte de la nota el abogado de la empresa “Parada Liniers S.A”, se refiere a la causa caratulada “Estrago Culposo Agravado” en la que el empresario Antonio Juan Manuel Arcos Cortes está procesado junto 4 miembros de la sociedad. Baldini confirmó que el arquitecto Jorge Bonavita no tenía matricula y trabajo 14 años en Dubrovnik       

Después de aclarar la mentira montada, vaya saber por quién, sobre el robo de la caja fuerte del Dubrovnik, Baldini accedió a referirse a la causa judicial en la que se encuentra procesado, el empresario, Antonio Arcos Cortes y cuatro de sus socios.

“La obra del Dubrovnik la llevaba Jorge Bonavita conjuntamente con la ex -dueña, María Rosa Stefanic hasta tanto se retirará del hotel. Este es la realidad. El día 20 de agosto el municipio paraliza la obra a la espera de que se informe qué trabajos se estaban realizando en la torre y sobre el edificio. Eran dos trabajos: uno en la parte delantera, la instalación de un ascensor, con planos aprobados con la dirección de la arquitecta Martha Pérez Schneider y en la parte de atrás del hotel los trabajos eran de puesta en valor, pisos, pintura general, etc. De esa torre se cambian las cabinas del ascensor, que alivia el peso del mismo, no se toca estructura, no se toca la fosa, no se tocan las vigas. El 20 de agosto la municipalidad se presenta, paraliza la obra sin especificar qué trabajos debe parar. Al tomar conocimiento de esto el arquitecto Bonavita, informó a la sociedad, cuyas oficinas están en Buenos Aires y le dicen que haga el informe y allí es cuando Bonavita dice que no tiene matricula”, relató en detalle el jurista.

Esta es, quizás, la novedad más significativa de la causa. Bonavita no podía ejercer como arquitecto porque no estaba habilitado para trabajar, a pesar de tener un título de arquitecto y trabajo en el Dubrovnik por más de 14 años con Rosa Stefanic. Bonavita cobró muy buen dinero por su trabajo sin matricula, y realizo trabajos antiguos y estaba con la dirección de la obra actual con el nuevo dueño.

“Rápidamente el hotel busca una solución y contrata a la arquitecta Paula Laganá de Mar del Plata, quien viaja de inmediato, se presenta en el municipio e informa los trabajos que se realizan. No se presentaron planos ni documentación porque no lo requerían y tampoco la municipalidad había intimado al respecto. El mismo día 20 se reanudan los trabajos de manera continua hasta el día del siniestro”, acotó Baldini.

Baldini está molesto y se pregunta “Por qué la municipalidad no clausuró si existían trabajos irregulares, por qué no retiró la gente, por qué no fajó el lugar, sencillamente por qué las obras no eran clandestinas y estaban debidamente habilitadas”, se respondió el abogado.

Antonio Cortes compró el Dubrovnik el 16 de abril y no llegó a explotarlo comercialmente y luego comenzaron las obras para mejorarlo para ponerlo en valor. Había que renovar sus instalaciones ya que estaban añejas. La idea era llevarlo a un hotel de 3 o 4 estrellas.

“Puede ser que haya vicios ocultos y digo esto porque es una línea investigativa. Si estos existían habría una acción deshonesta por parte de la ex -dueña. No podría desconocer los mismos si tenía un arquitecto que trabajaba con ella desde hacía 14 años más allá de las irregularidades del municipio en cuento al debido control de las estructuras y de las obras de toda la ciudad. Hay otro informe del edificio donde no está denunciada la antena que había. No figuraba la antena en el expediente ni la construcción de una oficina muy importante. El hotel estuvo 12 años sin ninguna novedad constructiva…”, añadió Baldini.

“Todo esto es lo que compró el empresario”, afirmó el abogado. De todas formas, Rosita falleció, no está presente y no puede defenderse.  

Según Baldini el edificio podría tener fallas estructurales que determinó el colapso, es una teoría que los peritos de la fiscal y los de parte deberían comprobar. Este miércoles llega su turno en donde yace el Dubrovnik

Baldini afirmó que la inversión de su cliente para adquirir el edificio fue de u/s 600.000 y llevaba invertidos en obras alrededor de u/s 500.000 de los que Bonavita se llevó una buena parte.

egunda parte de la entrevista a Alejandro Baldini

                                                

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