P. Villa GesellSociedad

La tarea de la Dirección de Inspección de Edificios (DIEPEP)

El derrumbe del edificio residencial Champlain Towers, ubicado en una calle principal de Miami Beach, Estados Unidos, que tiene 40 años de antigüedad y 130 departamentos, despertó alertas en la costa atlántica argentina.

Hay una razón importante para esto y es que todas las ciudades de la costa atlántica argentina tienen edificios residenciales, muchos de ellos ubicados frente a la playa. Este el tema que preocupó al MMO Nicolas Valdez, quien esta a cargo de la Dirección de Inspección de Edificios y Espacios Públicos (DIEPEP) que desarrolla esta tarea desde aquella caída de un balcón del edificio “Gufi Yiyo”, ubicado en Costanera y Alameda 301, frente a la costa geselina.

Como se recordará en la mañana del 6 de enero de 2020 se desprendió el balcón del departamento ubicado en el tercer piso y arrastró los dos restantes de los pisos de más abajo. Se cayeron por completo en medio de un fuerte temporal sin que, milagrosamente, se registraran heridos. El incidente puso en debate el mantenimiento de los edificios ubicadas en la costa y la creación de la mencionada dependencia municipal.

El grave incidente alentó a que los responsables se hicieran más preguntas sobre la antigüedad y el mantenimiento de estas estructuras donde viven residentes de la ciudad y en verano se completan con miles de turistas.

“No es casual el tema del horario (la madrugada) en que se derrumbó el edificio en Miami, si bien uno puede tomar previsiones sobre ciertas cuestiones de este tipo de colapso, a veces son imprevistos porque suceden de una forma catastrófica, Tiene lógica que se produzcan en los horarios donde en mayor o menor temperatura puede haber en el día. Eso tiene relación directa con el comportamiento de los materiales en función de la temperatura. Una rajadura, con ciertos grados de temperatura, puede contraerse o   comprimirse, eso sucede con ciertos picos, lo cual produce una tragedia. …”, expresó Valdez.

El derrumbe de los balcones en aquel verano, marcó una situación que podía continuar si no se tomaban decisiones para evitar catástrofes similares o peores. Fue el intendente quien tomó la iniciativa de poner en vigencia la Ordenanza 1847/2002 que contiene en su articulado algunas medidas dirigidas a evitar estos incidentes con controles ejercidos por el estado municipal.

La medida es antigua y es necesario que se actualice y para esto ya se mandó un proyecto que hoy duerme en la comisión de Obras del Concejo Deliberante desde hace unos meses, sin que se haya abordado esta temática por los concejales. No hace falta aclarar que la decisión en el cuerpo legislativo está está en manos del oficialismo.

“Esta ordenanza es del año 2002 y hoy estamos discutiendo la mejor forma de modificarla para poder muñirnos de herramientas distintas, más tecnológicas, más adecuadas a los tiempos que corren y esto genera una lógica, que, en estos 18 años, no solo cambiaron las técnicas constructivas, sino que también los materiales se modificaron y se incorporó la experiencia de nuestra área en la aplicación de esta normativa”, añadió Valdez.

Si alguien camina sobre la costanera de Villa Gesell, se pueden observar edificios que tienen 40 años de edad y otros que están recién terminados, esto   significa que hay una renovación en las propiedades. Algunas se renovaron, otras se ampliaron y otras ocuparon lotes que se habían adquirido hace algunos años atrás y comenzaron a construir. En realidad, hubo pocas demoliciones para construir nuevos edificios, son renovaciones sobre estructuras antiguas. Son multifamiliares de media altura que superan los 40 años de vida y es allí donde se debe concentrar el control de la Dirección. Se ubican en los extremos de la ciudad y sobre la costa.

“Tenemos un partido que va a cumplir 90 años y hay edificaciones que superan los 80 años de vida, son de baja altura en este caso, pero eso no genera tanta preocupación. Pero tenemos, también, muchos edificios multifamiliares que tienen sus 60 o 70 años y comienzan a marcar ese envejecimiento que puede pasarles a los elementos orgánicos y también a los inorgánicos, que pueden tener un comportamiento frente a la playa que no es el mismo que puede tener, el mismo edificio, en Gral. Madariaga. Es diferente por la composición climática que hay en el lugar, por esa suerte de castigo permanente de neblina marina con cloruro de sodio, vientos, las temperaturas, etc.”, añadió el funcionario.

 Hay dos proyectos en este sentido en el Concejo Deliberante en este momento. En junio de 2020 el departamento ejecutivo presentó un proyecto de actualización de la ordenanza 1847/02, junto con la creación de la administradora de la propiedad horizontal, ambos no se trataron. Volvieron a ser presentados este año por el bloque de Frente de Todos. El concejal Miguel Cisneros presentó otro proyecto sobre la propiedad horizontal. La modificación consiste en un cambio en las fechas de presentación de los informes técnicos que sean diferenciales del estado del edificio y que permita aliviar la presión que hay sobre algunos edificios que están en buena condición y no necesitan presentar dicho informe. Por otro lado, hay que   cargar la exigencia sobre aquellos que, necesariamente, dicho estudio sea más profundo. Además, aborda otros aspectos en diferentes zonas urbanas de la ciudad como marquesinas y cartelería.    

La situación del Concejo Deliberante es atípica, no existe antecedente histórico de una situación igual con respecto a la relación entre oficialismo y oposición. La mayoría está en manos del oficialismo y la ejerce con mano dura, pero debería considerar que hay expedientes que no involucran a la oposición, como este caso. Aquí el retraso para darle despacho a este expediente tiene que ver con otra “interna” y esa es la del mismo oficialismo en tiempos electorales.              

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