Los diez años de la Asociación de Cannabicultores de Villa Gesell

La entidad adhirió a la “Marcha Mundial de la Marihuana” y presentó su Personería Jurídica. Está reconocida oficialmente como una institución comunitaria de la ciudad
Hubo festejo, música, marihuana, feria y marcha por las calles de la ciudad hasta el centro en adhesión a la Marcha Mundial de la Marihuana. El evento fue organizado por la Asociación de Cannabicultores de Villa Gesell que después de mucho trajinar, tramites y esperas logró la Personería Jurídica y se convirtió en una institución formal de la ciudad.
Esto tiene un significado muy interesante porque esta institución es legal y puede reclamar por los abusos, las detenciones y los decomisos inútiles de plantas que realizan las fuerzas de seguridad. La entidad tiene un peso importante en la lucha por la legalización de la marihuana con fines recreativos.
El acto de este sábado 7 de mayo se realizó en la Plaza Carlos Gesell en Paseo 110 bis y Avenida 3 y fue acompañado por una jornada espectacular, soleada y con temperatura primaveral. La convocatoria de la flamante entidad fue realmente un fenómeno social inesperado y bien recibido por las personas que se dieron cita en el lugar. El Concurso de Armado de Porros en dos minutos fue el espectáculo sobresaliente. Hubo alrededor de 25 competidores de diferentes edades que se animaron a demostrar sus habilidades manuales para confeccionar rápido y bien un “porro”. En el certamen se usó marihuana propia. Fue un hecho extraordinario porque se realizó en un espacio público y frente a un nutrido público que siguió atentamente la competencia.
De todas formas y como era absolutamente lógico y normal las personas que asistieron a la plaza fumaron en libertad sus propios porros sentados en algún sector de la plaza bajo el sol. Durante toda la tarde el público se sentó a escuchar música y a fumar un porro, sin sobresaltos. Buena música, paz y amor.
La imagen de jóvenes de cabello largo, ropa de colores e impresionantes tatuajes caminando o sentados en el pasto, mientras sonaba una banda en un pequeño escenario, nos remitió a los años setenta de la Villa Gesell hippie invadida de jóvenes floridos y el aire impregnado de olor a marihuana.
La policía no intervino en forma directa con su presencia uniformada, pero algunos detectives, fácilmente perceptibles, estaban en parejas estacionados en las esquinas, mientras los patrulleros pasaban cada tanto sin molestar a los jóvenes.
” Acá estamos como todos los años, con la Marcha Mundial de la marihuana y cumplimos diez años, es la décima Marcha que se hace en Villa Gesell. yo estoy hace siete años y en todo esto se ve como cambió la gente. Hace diez años, en la primera marcha, era un grupito, poquitos, todos encapuchados, y lo que es ahora esta marcha. Estoy contento”, dijo Damián Amadeo.
El dirigente es un referente de los cannibicultores geselinos y lleva muchos años en esta lucha para liberar el consumo adulto y responsable de la marihuana.
“Hay un problema estructural, yo por usarlo como consumo adulto responsable regulado, como adulto tengo que decir que estoy enfermo, más allá de aquellas enfermedades como ansiedad o stress que, obviamente, las tengo porque vivo en un mundo capitalista, las tengo por afuera del porro Cuando estoy fumado igual tengo ansiedad, es lo mismo. Fumo porro porque me gusta. Creo que hay que terminar con esto de los diferentes usos de la marihuana, el estado debe dejar de decirme lo que tengo que hacer. Soy usuario de cannabis, me gusta, me encanta, no estoy enfermo para sacar ningún permiso…” añadió Damián.
La cuestión, a esta altura, es que la marihuana es de consumo masivo. Desde hace un tiempo se autorizan cultivos personales por razones de salud. Si se certifica alguna enfermedad social, se autoriza un cultivo personal. No obstante, hay muchas causas judiciales iniciadas por la Policía a cultivadores legales. En los decomisos policiales no preguntan nada y proceden.
Es interesante el proceso que hizo el uso de la marihuana en la Argentina. Primero fue el reconocimiento del uso medicinal que abrió la puerta a los cultivos responsables para uso propio. Con sólo presentar un certificado médico con un diagnóstico por stress, la justicia otorga un permiso para tener un cultivo personal. Después llegó la autorización para el procesamiento industrial y surgió Jujuy y otras más pequeños respaldados por algún estado provincial. El paso que sigue es autorizar el uso recreativo de la marihuana en la Argentina.
Es hora de seguir los pasos del vecino Uruguay que desde la legalización de la marihuana redujo un 50% el contrabando y tiene un registro de consumidores.
Audio Damián Amadeo












