El anuncio del Presidente Alberto Fernández, de cerrar las exportaciones de carne vacuna por los próximos 30 días, en sintonía con su compromiso de dar batalla a la suba de precios tal como lo expresó el domingo a su regreso de Europa, ha generado diversas respuestas, a favor y en contra, diferenciando de manera clara, quién está de un lado y de otro del mostrador.
La primera reacción corporativa (y no fue ninguna sorpresa) provino de la Mesa de Enlace, un aglutinamiento de sellos y dirigentes con pertenencias muy diversas y opuestas, que desde aquella protesta del 2008, para oponerse a las retenciones segmentadas, en realidad oponerse a pagar impuestos sobre una riqueza extraordinaria producto del valor de los comodities en el mercado internacional, para ser derivados a recursos que el Estado usaría para el financiamiento de diversas áreas , ha reunido a los «aristócratas» de una «rancia clase ganadera» con pequeños chacareros, muchas veces víctimas de sus nuevos socios, empanados en el ungüento del oportunismo político de los antecesores de Juntos por el Cambio, con Carrió, Macri y Sáenz a la cabeza.
Lo que sí sorprende, aunque no tanto, es el alineamiento que con esta postura contra la suspensión de las exportaciones cárnicas, manifestó en la tarde del martes, el gobernador santafecino, el «peronista» Omar Perotti, que con el argumento de la producción y la generación de empleo en Santa Fe, quedó una vez más del campo opuesto al gobierno que pertenece, como en el caso Vicentín, cuando se convirtió en el principal obstáculo para su nacionalización, cuando la empresa endeudada y quebrada, quedó al descubierto de la protección económica y política que le brindaba el macrismo.
La historia que cuenta que Vicentín es la «caja financiera» de todos los partidos políticos de Santa Fe, ha quedado más que confirmada.
Pero también están los que celebran y acompañan la medida anunciada por el Presidente Alberto Fernández.
Es seguro que los consumidores, (cada vez más reducidos y menos consumidores), comiencen a advertir los beneficios de la medida en los próximos días, más allá de las protestas y de los paros anunciados por los productores, cuando la carne comience a bajar del gancho al mismo tiempo que comience a bajar su precio, hoy un 60 % más cara que un año atrás, casi 20 puntos por encima de la inflación.
La medida fue bien recibida también por el Presidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías, el histórico Alberto Williams: «Con este precio es imposible seguir trabajando; ya la gente prácticamente no va a comprar carne porque un kilo de milanesas a 850 pesos es un disparate», sostuvo con contundencia y expresando el sentir de un rubro que se ha visto muy afectado con la caída del consumo local a la par de la suba del precio, empujado por las exportaciones y los precios internacionales.
En declaraciones a Télam Radio, Williams dijo que el cierre de exportaciones de carne «es un paso, hay que organizar este mercado porque se disparó, ya la carne no está al alcance del consumidor argentino; es un paso y hay que seguir luchando a ver cómo se puede organizar ese mercado que está incontrolable».
El mismo Williams consideró que la medida podría ser el puntapié para que «se empiece la conversación, ver qué se puede hacer para bajar el costo que tiene la carne hoy porque la suba ha sido muy grande, muy muy grande, y también tenemos que pensar que es un alimento de primera necesidad».
«Hay que sentarse, hay que dialogar y hay que ver qué se puede hacer. Está en las manos del Gobierno, yo creo que el Gobierno en ese sentido va a actuar en defensa del consumidor», concluyó.
Otra voz importante que se escuchó en defensa de la medida del Presidente Alberto Fernández, fue la del ex dirigente de la Federación Agraria Argentina, Ernesto Peretti, quien sostuvo, «es una medida lógica, que al Presidente (Alberto Fernández) no le habrá gustado tomar, sin embargo se adoptaron todos los recaudos para que sea una medida temporaria», argumentó.
En cuanto a las políticas que se impulsan en el sector cárnico, propuso «discutir seriamente si los supermercados pueden tener cría, exportación y venta en góndola».
«La venta de carne debe pasar por las carnicerías, lo que generaría más competencia y haría girar la rueda de la economía», aseveró.
El dirigente ruralista recordó que «el anterior cierre de exportaciones fue por 180 días en 2006» y sostuvo que, «si no tomaba esta medida cinco frigoríficos se llevaban puesto al Gobierno».
«El Gobierno ha tomado conciencia que esto no sólo genera una inequidad social muy alta y no puede permitir semejante desafío a la autoridad legalmente construida por los votos», indicó Peretti.
Por otro lado, destacó la necesidad de «mejorar los destetes» al afirmar que, «de cada 100 vacas, 60 están preñadas», y planteó: «Necesitamos 2 millones de terneros adicionales, aumentando los destetes y mejorando así la oferta en el mercado interno».
Otro punto a mejorar sugerido por el dirigente fue el referido al precio de la faena: «Hay que levantar el precio de la faena, la Argentina produce 56 kilos promedio por media res, valores muy inferiores a Australia y Estados Unidos».
Finalmente, cuestionó el rol del consejo agroexportador argentino, que a su juicio «no es parte de la solución de los problemas de la inflación en la Argentina».
«Ahí están los principales grupos monopólicos del país. No bajamos el precio de los alimentos con los monopolios, sino desmonopolizando y democratizando la economía», aseveró.
Respaldo de los trabajadores de la economía social
Por su parte, el presidente de la Federación de Trabajadores por la Economía Social (Fetraes) respaldó hoy la decisión del Gobierno nacional de suspender las exportaciones de carne por 30 días para bajar su precio al consumo interno. «El gobierno defiende los alimentos en la mesa del pueblo» sintetizó Eduardo Montes