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Procesaron y detuvieron a dos vecinas por intentar interrumpir la tala de una veintena de arboles     

Dos mujeres, Graciela Escalante y su hija Liliana se sentaron al pie un gran eucaliptus con intenciones de evitar que lo derribaran. En la madrugada del pasado sábado fueron detenidas por la policía por la misma razón. Pasado el mediodía fueron liberadas, están procesadas por Resistencia a la autoridad.  

Es interesante hacer esta reflexión. Si una obra pública tan necesaria para la población de Villa Gesell, como un hospital público, debe continuar con custodia policial, algo no funciona o algo está mal. También hay que pensar que si el plano de la obra, contempla la demolición del Centro de Salud Norte y derribar 26 enormes árboles, habría que informar, antes, al barrio que circunda la obra, explicar no cuesta nada y ahorra conflictos.

El jueves pasado la municipalidad demolió las instalaciones del Centro de Salud Norte ubicado en Av. Circunvalación y Paseo 109, para continuar con la construcción del nuevo hospital “Carlos Idaho Gesell”. Los escombros quedaron a la vista de todos los que circulaban por el lugar. No se cercó el lugar como es costumbre cuando se demuele una construcción.     Es decir que, el triste espectáculo, se realizó a la vista de todos los vecinos que pasaban por el lugar. Esto generó molestias y preguntas que no tuvieron respuestas.

El viernes, otra vez sin cercar el predio, personal del Vivero Municipal, sin funcionarios a la vista, salvo el secretario de Seguridad, Mauricio Andersen, comenzó muy temprano, eran las 06, a talar y derribar 26 ejemplares de eucaliptus y pinos que rodeaban el edificio demolido.

Dos vecinas del lugar, comprometidas con el medioambiente, se ataron a un ejemplar, son madre e hija, Graciela y Liliana Escalante, y resistieron el avance de las motosierras de hombres que, habían sido contratados por el Vivero Municipal. Las mujeres no se movieron hasta pasado el mediodía. Cuatro oficiales de la Policía bonaerense no pudieron convencerlas de deponer su actitud. Liliana, la más joven es integrante de la organización denominada Asamblea en Defensa del Médano Costero.

La destructiva y vergonzosa tarea de derribar árboles en Villa Gesell y que,   el responsable de tal accionar sea quien debe cuidarlos, habla de las contradicciones que vivimos en esta sociedad. Esta es una ciudad turística en plena temporada de verano, comenzó el 15 de diciembre, con miles de turistas que circulan por sus calles, realmente se podía esperar hasta marzo o en su defecto cercar con una malla sintética el predio donde se iba a desarrollar la obra. Por otro lado, la temporada de poda finalizó el 30 de agosto pasado hasta el mes de mayo/23. De la misma forma, está en vigencia la ordenanza 2406/11 en cuyo artículo 1° se “establece la prohibición de todo tipo de obra, carga y descarga de materiales de construcción y trabajos de máquinas viales en las zonas comerciales de todo el partido de Villa Gesell, en el período comprendido desde el 15 de diciembre al 1 de marzo del año siguiente, como así también quedan restringidos estos trabajos durante los feriados de fines de semana largo y vacaciones de invierno”. De manera tal que no cierra por ningún lado.

También es cierto que la agilidad de los organismos ecologistas durmió, ya no recurrieron a la justicia para detener esta arbitrariedad con una medida cautelar. La oposición, por su parte se sacó fotos junto a los escombros de la demolición como fondo y sacó un comunicado.  

La madrugada del sábado

De acuerdo al testimonio de Liliana Escalante este sábado las motosierras comenzaron a las 06. Ambas mujeres habían pasado la noche frente al predio en el interior de un automóvil. Cuando intentaron salir del mismo, una comisión policial las estaba esperando para detenerlas y trasladarlas a la comisaria Cuarta de Monte Rincón, en Av. Circunvalación y Paseo 112.

Cuando el patrullero llegó a la dependencia, Liliana se resistió a descender y forcejeó con sus custodios. Rasguñó en el brazo derecho a una agente y destrozó una ventanilla del móvil policial. Ese gesto de la joven le valió la caratula de “Resistencia a la autoridad” y justificó la detención y el procesamiento.

Obviamente hay otra versión del oficialismo que hizo circular un reconocido dirigente oficialista.

Pasadas las 13 la madre y su hija fueron liberadas y recibidas por integrantes de la Asamblea del Médano que las esperaban desde su detención, en la puerta de la Comisaria Cuarta de Monte Rincón.

Mas allá de cualquier versión, el hecho de derribar semejante cantidad de árboles en pleno verano, con la temporada y realizar un operativo policial para tal fin, es incomprensible y burdo. No cercar el operativo fue otro desplante que habla de una torpeza que no debería repetirse. Los hechos no se pudieron ocultar porque no quisieron hacerlo.    

                                                                      

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