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Pasó otra edición de la Fiesta de la Virgen de Copacabana

Fue este finde semana y como es habitual movilizó a las colectividades bolivianas de la zona. Fue la 49 ° edición de un evento religioso y comercial que convoca de cientos de vecinos

Es otra de las fiestas populares que convocan a cientos de vecinos de localidades cercanas, donde hay colectividades de la misma nacionalidad. Era también el bicentenario de la independencia del vecino país.        Organizada desde hace 49 años por la Colectividad Boliviana de Villa Gesell es un evento que mixtura practicas religiosas antiguas, que vienen desde la colonización, bailes ancestrales y una enorme feria comercial donde se vende todo tipo de productos.

La fiesta marca el cambio de las autoridades de la Colectividad Boliviana que dura un año y se cambia por otra comisión. Es una disciplina que le dio resultados positivos que, con los años, el evento es más grande y más convocante. Es una fiesta muy bella, religiosa y alegre colorida.

Comenzó el viernes con la finalización de la Novena (período de nueve días de oración, pública o privada, para solicitar gracias especiales, favores o para pedir por una intención específica), luego una misa y una breve procesión de las imágenes de las vírgenes (son dos, una morena y más pequeña y otra blanca) por las calles del barrio donde está asentada la Capilla en Av. 15 entre los Paseos 107 y 107 bis.

El sábado hubo otra procesión más extensa, desde la capilla hasta la Iglesia Inmaculada Concepción en Av. 4 y Av. Bs As. La caminata es seguida por los vecinos que salen a saludar a los pasantes, es alegre porque es acompañada por grupos de bailarines (caporales) con atuendos muy característicos, cascabeles en las botas y enérgicos bailes callejeros. Los automóviles son decorados con coloridas mantas en las que se adhieren muñecos y juguetes. El significado es una solicitud que le hacen los fieles a la “virgencita” para que cumpla sus pedidos.

En la iglesia de la Inmaculada, las dos imágenes se colocan en el “presbiterio”, sector al lado del altar para que la feligresía las contemple durante la misa. La colectividad rinde homenaje a la virgen, es muy venerada y su historia nos traslada a la sangrienta colonización española que provocó el primer genocidio en la nueva tierra americana.    

Copacabana en Bolivia

Es una ciudad turística y municipio de Bolivia, capital de la provincia de Manco Kapac en el departamento de La Paz. La ciudad se encuentra al oeste de la península de Copacabana, a orillas del lago Titicaca, y a 155 km de la ciudad de La Paz. Es un centro de peregrinación importante en el país, al hallarse en la misma la imagen de la Virgen de Copacabana, la advocación mariana más extendida en Bolivia.

La ciudad de Copacabana está erigida entre los cerros Calvario y Niño Calvario (o Kesanani), cuenta con alrededor de 6 000 habitantes en su área urbana, es una de las principales localidades ribereñas del lago Titicaca. Se constituye en la capital del municipio homónimo, que abarca 33 comunidades campesinas originarias. El municipio de Copacabana cuenta con una población de 15 374 habitantes.

Barrera y los Erneta bajo el mimo techo

Una vez finalizada la misa los feligreses inician la procesión de regreso a la capilla de la virgen. Este sábado se dio una situación que merece ser descripta por que involucra a dos dirigentes locales que están campaña electoral. El intendente Gustavo Barrera y su antecesor y mentor en la política, el Dr. Jorge Rodríguez Erneta, actual candidato a concejal por Unión y Libertad.

Ambos dirigentes eran acompañantes por allegados, pero cerca uno del otro. Federico Rodríguez Erneta, hijo del candidato a concejal, se apuró a pararse junto a uno de los brazos del “andas”, es el tablero que sirve para el traslado de las imágenes religiosas.

El intendente debió ser invitado por algún miembro de la colectividad para ocupar un lugar, junto a otro funcionario que podría ser el secretario de Turismo, Emiliano Felice. Hubiera sido lo razonable hacia la investidura del jefe comunal y porque ya sucedió en ediciones anteriores, luego se completaba con miembros de la colectividad. Pero esto no pasó.  

Barrera espero, nadie se acercó, tampoco se acercó él a ocupar el lugar que le corresponde y finalmente se retiró y caminó detrás de la imagen que era transportaba por Jorge Rodríguez Erneta y su hijo Federico. Ambos hicieron campaña bajo el techo de la iglesia.  

Barrera es así, es su carácter, lo conocemos desde hace más de diez años como intendente. Espera que la situación lo beneficie o alguien facilite o salve la situación. Es claro que no se siente cómodo en las disputas de poder cotidianas.

                                       

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