Se aprobó la Ley Bases, en general, por un voto
Villa Gesell se movilizó contra la Ley Bases cuando se conocieron los negociados que concretó el oficialismo para conseguir los votos necesarios para tener cuórum y después de la sanción en general. El voto de la vicepresidenta, Victoria Villarruel fue definitorio
Javier Milei criticó durante la campaña electoral a la que él, supone es la casta política. Repitió este término hasta el hartazgo y convenció a sus votantes. En su discurso proponía reducir el estado, lo que implicaba un severo ajuste que iba a pagar, precisamente, la casta. En el imaginario popular, la casta son los políticos, los funcionarios del gobierno anterior, los jueces, diputados y senadores que, según el presidente, viven alejados de la realidad con sus bolsillos repletos de plata de los impuestos que paga la gente.
Pasaron seis meses y resultó que los que pagan el ajuste, son los jubilados, los trabajadores, las Pymes, los médicos, las enfermeras, los artistas, los científicos y sectores de una sociedad que no sabe muy bien qué hacer con este fenómeno extraño, ególatra y violento.
Milei Firmó un Decreto de Necesidad y Urgencia, el 70/ 23 con más de 700 artículos, que fue lo más parecido a una constitución nacional propia que derogaba más de 400 leyes vigentes.
Luego mando una ley Ómnibus más voluminosa que el mencionado decreto que tuvo idas y vueltas, rechazos y apoyos también. Pasó con cambios en su texto en diputados y se cayó en senadores. El 7 de febrero Milei, iracundo como siempre, se enojó y retiró la ley. Fue lo más parecido a un berrinche del presidente.
El 10 de abril Milei presentó este proyecto que se votó este miércoles. En Diputados tuvo algunas modificaciones, pero el espíritu privatizador y entreguista, reformista y antipueblo se mantuvo y así llegó a la Cámara de Senadores.
El pueblo no conoce la Ley Bases, no sabe lo que le espera con esta norma que cambia la vida de los argentinos. Nada será igual. Este miércoles hubo movilizaciones en diferentes ciudades, incluso en Pinamar, Villa Gesell y CABA.
El primer punto de este miercoles 12 de junio, fue el cuórum que logró el oficialismo para sesionar. Hubo agachadas y negociados. Hay dos ejemplos que quedaran en la historia de las traiciones peronistas. Se trata del entrerriano Eduardo Kueider y el correntino Carlos “Camau” Espínola, integrantes del bloque díscolo de Unidad Federal, que no responden a ningún gobernador y con una historia de idas y vueltas tejiendo acuerdos personales. Estos dieron el cuórum y así LLA pudo iniciar la sesión.
En la puerta del Congreso Nacional la Prefectura y la Gendarmería Nacional se desplegaron desde temprano y rodearon el congreso y no demoraron mucho tiempo en reprimir con ferocidad. “Encapuchados”, que no se sabe muy bien cuando aparecen, provocaron desmanes y la respuesta fue muy violenta. Son “servicios” con el rostro tapado que provocan disturbios, arrojan piedras a las fuerzas de seguridad y estas reaccionaron con proyectiles de goma, palos, camiones hidrantes y gas pimienta contra la gente que se movilizó.
“Palo y bala” escribió el diputado José Luis Espert, en plena represión, con su acostumbrada postura violenta, misógina y machista que no sorprende. Es Espert, un lacayo de Milei.
En la negociación previa, el oficialismo libertario hecho mano al método de la casta que tanto rechaza. El “toma y daca”, compró votos, cedió obras a los gobernadores, recursos, una embajada en la OEA a la senadora Lucia Crexell. Un combo patético, vergonzoso y miserable. Permitió que el cambio en artículos enteros con tal de que voten la ley en general.
Los cambios al texto son un atajo porque si le otorgaron al presidente la delegación de poderes absolutos, un tipo como este, puede enfermarse con el poder y potenciar las locuras que ya conocemos. Los radicales fieles a su mediocridad política, apoyaron, se dividieron y votaron. Vendieron sus convicciones y principios a cambio de nada.
La represión ordenada por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich es un plan conocido, su método consiste en mandar a infiltrar la movilización y provocar el caos que justifica la represión. Los gendarmes llegaron hasta los cacerolazos en los barrios del centro de CABA en una suerte de persecución estilo dictadura.
Pasadas las 23 y después de 12 horas de sesionar, en este miércoles negro para la Argentina, la votación quedó empatada y después de una segunda votación que, también quedó empatada, Victoria Villarruel expreso que su voto era para los trabajadores argentinos que sufren y esperan por una mejor vida, y fue positivo.
Fin de la historia y Milei tiene su primera ley votada y es una de las peores en la historia de este bendito país.