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Avanzan en la protección del delfín Franciscana

Este sábado, en el balneario Pleno Sol de Villa Gesell, se llevó a cabo una reunión con distintos actores públicos y privados para abordar la protección del delfín “Franciscana”, una especie declarada Monumento Natural Provincial que se encuentra en peligro de extinción. El objetivo fue sentar las bases para implementar alarmas acústicas en las redes de pesca artesanal, con el fin de mitigar la captura accidentada del delfín

En el marco de una iniciativa impulsada por el especialista Alan Kaminski, miembro de Zoonosis municipal, la ONG Aquamarina junto a la Organización Internacional FAO pusieron a disposición de los pescadores artesanales 9 dispositivos especiales que emiten sonidos que disuaden a los delfines franciscanas de acercarse a las redes de pesca, reduciendo así el riesgo de captura accidental.

La iniciativa busca proteger a esta especie y su hábitat, y cuenta con el apoyo de la Municipalidad de Villa Gesell. La implementación de estas alarmas acústicas es un paso importante hacia la conservación del delfín franciscana, y se espera que tenga un impacto positivo en la protección de esta especie en la zona.

«Es fundamental trabajar conjuntamente para proteger al delfín franciscana y su hábitat», destacó Alan Kaminski, profesional en seguridad y ambiente y etólogo. «La implementación de alarmas acústicas en redes de pesca artesanal es un paso importante hacia la conservación de esta especie. Ver cómo esta iniciativa puede beneficiar tanto a la comunidad pesquera como a la propia especie es un avance que nos llena de esperanzas».

Por su parte, Martín Guiot, presidente de la Cooperativa de Trabajo Pesca Artesanal de Villa Gesell, expresó: «Estamos comprometidos con la protección del delfín franciscana y estamos dispuestos a trabajar conjuntamente para implementar esta iniciativa. Es importante para nosotros proteger nuestra fauna marina y asegurarnos de que nuestras prácticas pesqueras sean sostenibles».

Rosana Luquet, directora de Zoonosis del Municipio, agregó: «La Municipalidad se compromete a apoyar esta iniciativa y a trabajar articuladamente con la comunidad pesquera y las organizaciones participantes para proteger al delfín franciscana y su hábitat».

Participaron de la reunión: Alan Kaminski y Rosana Luquet, por parte de Zoonosis Municipal; la ONG Naturalistas Geselinos, presidida por el biólogo marino Alan Rosenthal; Martín Guiot, presidente de la Cooperativa de Trabajo Pesca Artesanal de Villa Gesell; Jorge Ríos, pescador geselino y Personalidad Destacada declarado por el HCD; miembros de la ONG “Aquamarina”; y la Agrupación de voluntarios geselinos “Mirounga Leonino” (cría de elefante marino).

Los turistas

Tal como ocurriera en el verano de 2016, una foto de un turista sosteniendo a un delfín en un balneario de la Costa Argentina estremeció en las redes sociales. En 2016 en Santa Teresita, en 2025 en Mar del Tuyú fueron situaciones calcadas. En ambos casos el delfín es de la especie Pontoporia blainvillei (conocido popularmente como Delfín Franciscana) y las dos situaciones llevaron a la muerte de los animales.

Desde Fundación Vida Silvestre Argentina alertan que la Franciscana, o delfín del Plata, es uno de los delfines más pequeños del mundo: mide entre 1.30 y 1.70 m de largo y es una especie vulnerable a la extinción, según datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Su piel, de tonos marrones, recuerda al hábito de los monjes franciscanos, por lo que recibe ese nombre común.

Esta especie se encuentra únicamente en Argentina, Uruguay y Brasil. En nuestro país vive principalmente en las costas de la provincia de Buenos Aires.

En referencia a lo ocurrido en Mar del Tuyú con una cría de franciscana, Manuel Jaramillo, director general de Fundación Vida Silvestre, profundizó: “Se estima que hay solo 30.000 delfines francisanas en total en toda su distribución, la cual es muy limitada en Uruguay, Brasil y Argentina. La recuperación de esta especie es muy baja: las hembras a los 2 o 3 años tienen una única cría que queda a su cuidado por uno o dos años. Además, la franciscana, como otros delfines, no puede permanecer mucho tiempo fuera del agua. Tiene una piel muy gruesa y grasosa que le proporciona calor, por lo que la intemperie rápidamente le provoca deshidratación y la muerte”.

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