La depredación de la playa no tiene limites

Los movimientos de arena en algunos sectores de la playa son, literalmente clandestinos. Esta vez le cayó un médano de una playa del norte
La semana pasada fue el desvergonzado desmonte de un médano ubicado frente a un complejo ubicado en la calle 43 de Mar Azul. Las propietarias del edificio provocaron un verdadero escándalo al enfrentarse, incluso hubo agresiones, contra una integrante de la Asamblea en Defensa del Médano que reclamó por la ilegal e irracional acción.
Sin embargo, la situación continúa y en estos días, no se puede precisar la fecha exacta, arrasaron otro hermoso y antiguo médano ubicado en la Calle 304 y playa. Allí había un majestuoso médano que se movía por acción del viento, brillaba con el sol del verano y en la cresta era ideal para descansar en el atardecer. Era el médano que identificaba al balneario “Eólico” que se encuentra en ese sector. Se perdió una buena porción de historia cuando la indolente pala cargadora, conducida por un irresponsable lo partió al medio para hacer un sendero que no conduce a ningún lugar porque lo que sigue es la playa.
No se sabe cuándo, ni para qué se hizo tampoco ni quien hizo esta inútil acción. En esa zona, la playa no sufre la intensa erosión que se puede ver en las playas céntricas y en otros sectores de frente costero.
El trabajo que hicieron para la destrucción del médano fue hasta cínico y sigiloso. Hubo quienes escucharon una máquina, pero pensaron que eran en la obra que se desarrolla frente al mismo médano que le pertenece a un histórico arquitecto geselino. Por supuesto, que nadie se hace cargo y se desconoce si alguien ordenó el trabajo. El corte del médano es interior, de forma que dejaron el frente, que es la cara visible para los que llegan la playa por la calle 304 no se dan cuenta de la depredación hasta llegar a la playa. El corte está detrás de ese frente, hace una curva que da lugar al mencionado sendero que conduce al interior de la playa.
El daño es visible y cambia el paisaje de forma abrupta, el lugar cambio en forma total. Nada será lo mismo esa esa zona.
La sospecha recae en las maquinas del Corralón Municipal que “corrieron” la arena del médano hacia el interior de la playa, pero no se pudo confirmar. También pudo ser un privado que “algo” de arena limpia, fina y muy valiosa se llevó.
Llega la hora de elaborar que multe, onerosamente a los que realizan estos desmontes con sus maquinas. Ellos deberían ser los que instruyan sobre las prohibiciones que rigen en la costa. La invocación de falta de trabajo no debe justificar esta depredación.
Estos hechos se repiten en diferentes sectores de la playa y ninguno de ellos es justificable de ninguna forma. La playa es lo más valioso que tiene esta ciudad para ofrecerle al visitante y un importante motivo conocer la ciudad. A nadie parece importarle ni respetan la principal atracción que tiene esta ciudad. Los turistas no llegan a Villa Gesell por la gastronomía, ni por los juegos, tampoco por la agitada nocturnidad, lo hace por la playa y el mar.
A los geselinos les cuesta pensar que esa playa es su billetera, la fuente de una fabulosa recaudación si la temporada es un éxito y el día que se erosione como sucedió en la zona céntrica dónde se concentran los conos de sombra de los grandes edificios, entenderán que perdieron un gran negocio y un hermoso lugar para vivir.